Todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar

En la publicación de hoy se me antoja hacer cuentas (voy hacer como si supiera hacerlo muy bien). Digamos que estoy emocionada porque mis pronósticos indican que en esta semana 5 el “Diario de una Chica Bipolar” llegará a su vista número 300 (¡¡¡eeeehhh!!!!). 

Antes de sacar los traumas de rutina, quiero AGRADECER A TODOS LOS VISITANTES, SEGUIDORES Y FANS de México y Estados Unidos por hacer posible que este contador de “Páginas vistas en total” llegue a este número fenomenal. 

Creyéndome eso de que algún día seré Licenciada en Administración, coloque dicho contador no por vanidad, o no, sino para tener un parámetro que me permita considerar si esto de la Chica Bipolar está funcionando (digo, sino para retirarme del negocio).

Bueno ahora sí, las cuentas dicen aaaasí: 

Este próximo 4 de abril cumpliré 11 semanas mágicas en la UAQ y 10 semanas sorprendentes en el ITQ. Se supone que tengo 36 horas de clase a la semana, entonces me he dado el lujo de faltar a 8 clases acumuladas de los dos turnos (las de Desarrollo Sustentable no cuentan) y hasta el momento me he sometido a 7 evaluaciones vía examen, 2 por ensayo, varias exposiciones y un titipuchal de reportes de lectura en ambas escuelas. ¡Ah! Y tres faltas a los convivios que un desagradable profesor organiza para aprobarnos en su materia. 

Llevó 2 atentados hipees: 1 participando en la actividad “Ni Una Muerta Más” por feminicidio en el Día Internacional de la Mujer y  1 trensita de hilo multicolor.  Me hice presidente de 1 club de fans (por cierto… ¡Jimmy eres sensacional!), y tengo una deuda de $483.00 con acreedores diversos además de “X” número de horas en Servicio Social.

Mis días son de 18 horas (medio despierta) y de 6 a 4 horas de sueño profundo. Ahora tengo 1 hermosa mirada cansada y 2 ojeritas permanentes que se van a esconder cuando compre mi “corrector  de imperfecciones” color yellow. Me he aplicado 4 shampoos para la resequedad y caída del cabello (creo que ya están haciendo efecto), y siento que subí como 5 kilos desde que regrese a la escuela (un amigo mío diría que estoy "embarneciendo", pero la verdad es que en las primeras semanas estaba bajando de peso hasta que descubrí el sabor de los tacos de mi Facultad y las ricas pastas de cuatro quesos). 

Por fortuna solo sólo una vez me he enfermado (¡que gripa aquella!) y procuro tomar una siesta de 40 minutos todos los días (¿cómo?, ¿cuándo? y ¿dónde? pues como de 2 a 3 de la tarde en la camioneta de mi papá, que mi hermano estaciona en ITQ). ¡Y ya casi termino mi tratamiento de multivitamínicos!

Por supuesto que los fines de semana no me alcanzan para descansar, así que los aprovecho lo más que puedo. Cuento con un “sábado estultesco”, una “noche de amijas”, un puente de cine, un facial probando productos de catalogo y una clase fabulosa de teatro (¡muchas gracias amijita!). Si no salgo con mis mejores amigos, tengan por seguro que estoy durmiendo o checando mi red social favorita. 

Hay varios asuntos que tengo pendientes. Un par de ellos se cumplirán el viernes 8 de abril al participar en el Maratón de Conocimientos en Mercadotecnia e irme de campamento el 9 de abril con los chicos de Psicología. Tengo un súper pendiente más: ir a las “Cavas Freixenet” con mis amigas del Teq. En la lista se añaden: hacer papalotes y volarlos en una cancha de futbol, tomarme varios “cafecitos” que les debo a mis amigos, terminar de leer 3 libros prestados y participar en "ITQ Radio 103.5 FM".

Sumatoria total: 

Mucho sueño y cansancio acumulado, distintos cambios en mi filosofía de vida, varios retos completitos y de paquete, mucho que leer, solo 24 horas al día y un cuerpecito hiperactivo que le hace falta buena alimentación y técnicas de relajación. Todo ello conforma una experiencia que de verdad no tiene precio. 

¡Uff! (un pequeño respiro y llegamos al final). No es magia y claro que no tengo poderes sobrenaturales, es solo un poquitín de administración de tiempo y muuuucha planeación. Además cuento con algo muy importante, que lo expresaré con la siguiente frase: El que tiene un “por qué” para vivir, puede soportar casi cualquier “cómo”. Nietzsche

Me parece importante tener sueños y plantearlos como metas, es relevante plantearnos desafíos, dar lo mejor de nosotros y amar cada fracaso con sus victorias. Mis queridos amigos y lectores llegando al término de esta publicación: ¿qué reto tienen, han cumplido o están por cumplir?