Experimentando con el desapego



Hola gente bonita que lee este “curioso” blog, aquí me tienen de noche y domingueando a gusto, pensando una y otra vez que es lo que quiero hacer público para esta ocasión.

Algunas cosas que pensé en escribir llevaban por título “¿Después de la tempestad viene la calma?”, “El que deja de buscar encuentra”, “Frente al miedo la curiosidad” y otras pocas cosas que rayan en lo esotérico y humanista. Pero para ser sincera, últimamente ando de amargadona con todo y los muerdo, así que hoy sólo les quiero plantear un experimento que estoy por realizar, ahí les va:

¿Qué pasaría si dejo pasar algunas cosas que me son inconvenientes?

La jugada es: Dejar ir (no aprehender) aquellas cosas que me incomodan y esperar que la vida misma me sorprenda.

¿Si me explico? Lo que pretendo hacer en los próximos meses es dejarme llevar por ciertas condiciones que me parezcan ligeras en esencia, y abandonar de tajo aquello que me pese (¡ay, no sé en lo que me estoy metiendo!).

Porque realmente nunca es tarde para equivocarse y aprender (sin H, porque así es la intención) es bueno experimentar con la vida una y otra vez… Ya les iré contando cómo me va.

¿Cuento con ustedes (o voy aplicando de una vez el desapego)?

No hay comentarios:

Publicar un comentario